La Restauración del siglo XIX.
Durante el último cuarto del siglo XIX se llevarán a cabo las obras de ampliación y reforma de los pies de la Iglesia. Se amplía la nave central, situándose a la derecha de esta nueva nave la capilla de Nuestra Señora del Portal y el Baptisterio y a la izquierda, la capilla de San Pedro y las escaleras de acceso al coro.
Se traslada la portada románica y el rosetón a la nueva fachada neorrománica, quedando en su lugar original las torres de la iglesia. La falta de recursos económicos fue la causa de que no se culminara el proyecto completo de la reforma (obra de Juan de Ciórraga) y que incluía la construcción de un pórtico, cuyas huellas son visibles en la fábrica de la fachada.