Primer y Segundo nivel
En el primer nivel se conservan piezas de los siglos XVI y XVII, entre las que destacan la arqueta y la custodia (ambas del autor Johann Sebastián Mylius) donadas por la reina María Ana de Neoburgo, segunda mujer de Carlos II. La reina se casó por poderes y viajó seguidamente a España. Hizo el viaje por mar, estando previsto su recibimiento oficial en La Coruña. Sin embargo, el barco, debido a una tormenta, terminó embarrancando cerca de Ferrol. Finalmente llegó a La Coruña, donde se la recibió con todos los honores y con tres días de fiesta oficial. En agradecimiento, poco tiempo después, hizo llegar a la Colegiata las piezas de plata que hoy son las joyas de la colección.
La Arqueta, del año 1691, es una caja octogonal de fondo liso sobre el que se aplican laminas de plata repujada con motivos vegetales. Se apoya sobre cuatro águilas con las alas desplegadas que simbolizan la ascensión a los cielos. Corona el conjunto un Agnus Dei sobre un lecho de espigas y racimos de uvas (símbolos eucarísticos). Por encargo de la Reina, la arqueta se usa en Semana Santa.
La Custodia, realizada en el año 1695, es del tipo «Sol», con un marco central en forma de corazón, en torno al que se distribuye la decoración figurada: Ángeles con los instrumentos de la Pasión; San Juan, María Magdalena y la Virgen María en la parte inferior; y, coronando el conjunto, el Dios Padre como creador del mundo y la paloma del Espíritu Santo.
También podemos ver en este mismo nivel un cáliz del siglo XVI y un atril de plata, realizado en Perú a mediados del XVIII. El resto de las piezas son un cáliz y dos copones con una cronología entre el siglo XVII y primera mitad del XVIII, y una campanilla de cobre del siglo XVI.
En el segundo nivel se exponen obras de las escuelas coruñesa y cordobesa.
La Escuela Cordobesa alcanzó gran esplendor entre los siglos XVIII y XIX, en que sus plateros viajaban por toda España ofreciendo sus trabajos a las instituciones religiosas y laicas. De su taller se guardan en este museo varios interesantes cálices como el realizado a principios del XVIII por Bernabé García de los Reyes, de plata en su color. Otras obras destacables son los dos juegos de vinajeras y una bandeja de plata en su color. Todas estas piezas son representativas del barroco final, aunque se insinúan detalles de decoración típicamente neoclásica, con guirnaldas y medallones, principalmente en los dos cálices de la segunda mitad del XVIII. Hay también un cáliz y un copón de 1993 realizados por la fabrica samuga
En la vitrina de la pared se hallan las piezas de la Escuela Coruñesa, básicamente de los siglos XVIII y XIX, cuando en La Coruña llegó a haber cerca de trescientos plateros trabajando al mismo tiempo. Es una escuela muy influida por la Compostelana, la más importante de Galicia en esta época, e incluso por la Cordobesa. Generalmente la Colegiata encargaba en ese momento sus piezas al platero más prestigioso de la ciudad que se convertía en su platero oficial.
Entre las obras de esta vitrina destacan el relicario de San Clemente, de cuerpo piramidal, obra de Manuel Araújo Acosta ,o la Custodia Ferrolana, realizada por Domingo Antonio de Castro en 1815. Es una pieza de plata en su color, plata sobredorada y bronce, con pedrería y esmaltes, coronada por la Fe, con los ojos vendados, y en la base representaciones de las Tablas de la Ley y del Arca de la Alianza.
Piezas interesantes son también los incensarios y la naveta (recipiente para guardar el incienso), de mediados del siglo XVIII; el portaviático (que servía para llevar la comunión a los enfermos), realizado en 1791 por José Antonio Araújo, el mismo platero que hizo en 1793 las cantoneras que refuerzan un Ritual Romano de 1882 y, sobre todo, el frontal de las gradas y del tabernáculo que se conserva en el altar de la Colegiata; la palmatoria, del platero Arellano (1846); y el relicario de Nuestra Señora, probable obra de Francisco Ferbenzas, de mediados del XVIII. Una cruz parroquial, sies candeleros y una cruz de altar, portapaces, una jarra y una bandeja completan el conjunto de piezas coruñesas. Y por último una vieira copia de un original existente en Santiago de Compostela y donada a la Colegiata por Dña. Carmen Polo.
