Tercer y Cuarto nivel
En el tercer nivel varias obras del siglo XVIII y principalmente del XIX. Durante el siglo XIX comienzan a realizarse las piezas de plata en serie, con lo que pierden la originalidad que tenían hasta entonces.
No obstante en este tercer nivel destacamos los cetros, varas y ciriales de las vitrinas adosadas a la pared, de usos diversos y, en la vitrina exenta, la gran sacra de la segunda mitad del XIX con partes de la misa en latín, idioma único de la liturgia cristiana antes del Concilio Vaticano II. En esta misma vitrina, un copón y una naveta muy pequeños nos muestran que en la segunda mitad del siglo XIX hubo una moda de miniaturización de este tipo de piezas. Es llamativo también el cáliz francés de plata sobredorada y esmaltes y un hostiario, ambos de principios del XX.
En el cuarto nivel están las obras de las escuelas salmantina y compostelana.
De la Escuela Salmantina nos encontramos, en la vitrina exenta, unas cantoneras sobre libros de cantos, y en la vitrina de la pared, dos sacras de un conjunto de tres (la tercera se ha perdido), así como seis floreros de plata en su color sobre los que destacan en plata sobredorada el escudo de la Colegiata: un jarro de azucenas coronado (la flor de la pureza). Todas ellas son piezas realizadas por Luis García a mediados del siglo XVIII, características del pleno barroco salmantino.
Por lo que se refiere a la Escuela Compostelana, la mayor parte de las obras son del platero Jacobo Pecul, realizadas a fines del siglo XVIII y principios del XIX. A la pequeña custodia de plata sobredorada le sirve de astil la figura de un querubín que porta en las manos unas espigas. En el pie hay escenas del Antiguo Testamento. En torno al viril, pedrería fina y brillantes y un aro de nubes que simboliza la Gloria.
Otra obra importante de Pecul es el copón, que se encuentra en la vitrina exenta, al que sirve de astil un tronco de vid que sujeta la copa coronado con una figurilla del Cordero sobre el libro de los siete sellos. Otras obras destacables de este platero compostelano son una cruz de altar con seis candeleros y dos faroles que usaba el sacerdote que para llevar el viático.
La Custodia de Sobrado, hecha en Madrid por Durán en 1796, perteneció al monasterio de Sobrado de los Monjes, de donde probablemente salió tras la exclaustración. Tiene un pie triangular con un angelote en cada esquina y tres medallones con un Agnus Dei, el águila y el Ojo del Padre. El «Sol» lo sujeta una extraordinaria figura de la Fe de plata mate en su color.